El progreso de la tecnología en el sector de los equipos de cocina en los últimos años ha demostrado que hay amplias posibilidades de mejorar el rendimiento y reducir el consumo mundial de energía eléctrica. Sobre la base de esta premisa, el legislador, a través del Reglamento Delegado (UE) n.º 65/2014, ha incorporado la Directiva 2010/30/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la etiquetado energético de las campanas empleadas para uso doméstico en la cocina. Con este fin, se ha diseñado una etiqueta energética para las campanas de cocina, con el objetivo de garantizar que las etiquetas proporcionen datos de rendimiento que sirvan de incentivo para que los fabricantes mejoren cada vez más el rendimiento, reduzcan el consumo y proporcionen al consumidor una herramienta para evaluar las diferencias e identificar los modelos más eficientes. Como siempre, el fabricante tiene la obligación de proporcionar junto con el electrodoméstico la etiqueta energética correspondiente, mientras que el minorista tiene la obligación de exhibir la etiqueta energética en el producto o junto a él, de manera que esté claramente relacionada con él.

La etiqueta energética para campanas extractoras en su primera versión, es decir, el 1 de enero de 2015, prevé una escala energética que va de la A a la G. Posteriormente, se prevé una mejora máximo cada dos años con la adición de un +, es decir, a partir del 1 de enero de 2016 una escala de A+ a F, a partir del 1 de enero de 2018 una escala entre A++ y E y a partir del 1 de enero de 2020 la tabla arco iris incluye una escala de A+++ a la clase D.

Turquía, al no ser miembro de la UE, sino solo candidata, ha personalizado la etiqueta energética; para todos nuestros productos, también es posible ver y descargar esta versión.

En todas las fichas técnicas de nuestras campanas figura el dato CLASE ENERGÉTICA con la indicación de la clase del producto.

El esquema que sigue muestra cómo leer la etiqueta energética.